Edison Pabón, suboficial retirado de la Policía Nacional y quien hoy tiene a cargo un grupo de 50 personas que vigilan la ciudad desde las cámaras de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín, es también un promotor de los servicios de la Fundación Pascual Bravo, a la cual se encuentra vinculado.

“Es muy importante el apoyo que ha hecho en cuanto a la seguridad de la ciudad con este equipo de trabajo que tenemos porque se han visto las reducciones en homicidios y las prevenciones de los hurtos. Hemos llegado al punto de poder visualizar el evento de un hurto y llegar a tener en otro momento tanto a la víctima como el victimario y recuperar sus pertenencias. Eso es algo muy importante, tanto para la Fundación como para la ciudad de Medellín”, destaca el suboficial retirado.

Sobre este trabajo, que contribuye a una ciudad más segura, Pabón no duda en resaltar que el acompañamiento de la Fundación ha sido fundamental.

Según él, su gestión ha permitido promover cambios importantes en la forma en que se operan las cámaras, tanto en los proyectos que tiene a cargo, como en la capacitación del personal que ha dispuesto para que atienda estos requerimientos de la dependencia municipal mencionada.

“El sello más importante que ha dado la gestión de la Fundación es el aporte a las investigaciones de homicidios, al esclarecimiento de este tipo de situaciones y a la prevención del delito, que es algo muy importante”, asegura.

La exitosa gestión que resalta se ha dado gracias a que la Fundación desarrolla planes de capacitación permanente para el personal, que permiten el seguimiento a eventos especiales.

“La Fundación Pascual Bravo logra la optimización de todos los recursos que se le entregan, tanto personales como técnicos. Por eso es importante que siga prestando sus servicios a la comunidad”, Edison Pabón, suboficial retirado de la Policía Nacional y administrativo de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín.

Como los demás empleados de la Fundación, Pabón también destaca el trato humano que se promueve, de tal manera que el desarrollo de las labores que competen a cada uno se realicen en las mejores condiciones para todos.

Además de jornadas justas de trabajo, considera muy importantes los reconocimientos que se dan a los compañeros por sus labores, como las pausas activas, que ayudan a aliviar el estrés.

“Detrás de este acompañamiento que se da, pues obviamente el rendimiento es mucho mejor, la calidad que se presta de trabajo es óptima”, apunta el suboficial retirado de la Policía Nacional.

Tampoco tiene dudas de que la Fundación Pascual Bravo, a la que considera una entidad muy importante para la ciudad, se mantendrá creciendo en los años venideros para seguir aportando al desarrollo de Medellín y de otros municipios donde logre tener presencia a futuro.